- Lo siento, soy yo quien te está matando.
- Pero vale la pena -susurró él-. Te juro que aunque salve mi parte de shek, haré lo posible por no perder esto, por no olvidarte. Guarda mi anillo. Mientras lo lleves puesto estaré cerca de ti. Y volveré a buscarte, no lo dudes ni un solo momento. No creas que voy a dejar las cosas así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario