túdedesayuno.

túdedesayuno.

domingo, 31 de enero de 2010

¿lujuria?
...esto va superando a la realidad...
- ¿sabes lo que me da miedo?
- ¿el qué?
- que los silencios están dejando de ser incómodos...
- eso es bueno, Anita!
- no, eso tampoco es bueno!
- ¿podemos vernos hoy?
- ¿no nos estamos viendo demasiado?
- dudo que algún día sienta que estamos compartiendo demasiado.

gracias...

gracias una y otra vez. es genial tener a alguien con quien hablar de lo que sea y cuando sea... alguien que aparezca de la nada cada dos por tres, que me asuste tocando en la ventana del coche o que me salve de bares llenos de humo y de gente, me de un abrazo y me alegre el día... y lo de anoche... lo de anoche se pasó de genial...

que el equilibrio es imposible cuando vienes...

- eh! te debo una...
- en realidad ya van dos!
- jaja, se me está acumulando el trabajo, feo. vale, sí, te debo dos y esta es más grande que la otra..
- dame un abrazo, ¿no?
- claro^^
- mañana hablamos, enana.
- ¿sí?
- claro^^

y me encanta que te quedes observando cómo me voy...

sábado, 30 de enero de 2010

"tranquila Anita! ven aquí, que te abrazo..."

"si es que... cuando hablo contigo se me pasa el tiempo volando..."

yeah!

- me encanta verte mientras haces cosas...
- me dí cuenta anoche...^^
Lo estaba deseando. Es cierto que en mi cabeza habías estado durante mucho tiempo, tal vez demasiado. Eres una de esas personas que desde que las conoces... ya no es una amistad, es algo especial. Es algo mágico, algo que en cualquier momento se puede convertir en algo más; algo que te puede hacer soñar en las malas rachas e ilusionarte, o tal vez hacer las buenas rachas mucho mejor. Formaste parte de mi vida desde el principio, tanto mientras estaba a tu lado como cuando no te tenía cerca pero pensaba de vez en cuando en ti... por desgracia, esa sensación no era recíproca.

Aún así, últimamente parecía que mi cabeza la poblabas demasiado a menudo. Me sorprendía pensando en cómo hacerte sonreír cuando nos viéramos, o tratando de buscar detalles para alegrarte el día... mi idea era tratar de amenizarte el día sin que te des cuenta que he sido yo el culpable, pero el poco amor propio que habita mi cabeza me obligaba a 'echarme méritos' para, de una forma cansina, demostrarte que eres importante para mí. Hasta ahí, todo bien: tratar de hacer feliz a una amiga es algo que entra dentro de los cánones de persona normal. El problema es que no sólo en esas situaciones acaparabas mis ideas. Había detalles que se guardaban en mi subconsciente y me incitaban a imaginar qué hubiera pasado si en vez de decirte esas palabras hubiera dicho otras, si en vez de cogerte la mano te hubiera agarrado de la cintura, si en vez de sonreírte y besarte la frente me hubiera atrevido a soltarte todo sabes y... no merece la pena recordar. Soñaba, soñaba con un beso casual, con una caricia que nadie podía asegurar que fuese intencionada... soñaba contigo, y eso es lo que me absorbía. Y eso es lo que estaba deseando... y esta noche, se me estaba yendo de las manos.

La verdad es que nos lo estábamos pasando francamente bien. Llevábamos un tiempo sin salir, y menos todos juntos, por lo que empezamos la noche con ganas y el alcohol suficiente como para desinhibirnos y no poder evitar dejar de reír. A pesar que llevaba una temporada pensando mucho en ti, yo trataba de centrarme en estar cerca tuya; como solemos hacer en muchas ocasiones. Ambos estamos muy cómodos juntos pero hay días que solemos evitar tener demasiado contacto... lo reconozco, yo puedo ser demasiado pesado. Así que el alcohol me ayudó a olvidar todo lo sucedido en esas semanas y simplemente me limitaba a reír y jugar entre todos; bailando un rato con esa, otro rato de bromas con aquel que nunca hablamos, levantaba en peso a aquella para vengarme de que me mordiese... hasta que, tratando de demostrar que no tenía nada en contra tuya ni nada similar, me fui a pasar un rato a tu lado. Estabas hablando sobre tonterías entre risas en medio del local, mientras jugabas como te encanta a sacarte fotos 'espontáneas'; así que con sigilo me acerqué a tu espalda y apoyé mis manos a la altura del hueso de tu cadera, aprisionándote contra mí. Moviste el cuello con un respingo de sorpresa y cuando trataste de voltearte para descubrir que era yo, te mordí el lóbulo de la oreja por el otro lado, para que te volviese a asustar. Sonreíste y me miraste a los ojos '¿Qué haces, tontín?', 'Tenías una cara que me pedías a gritos que te rescatase de estos...'; te reíste y apoyaste tus manos sobre las mías, 'buena forma de rescatarme esa de impedir que me mueva...'; 'era porque sino no me dejarías hacerte esto...', y esta vez te mordí el cuello. Tu mirada se volvió casi odio, o tal vez era algo parecido a... 'bueno, aunque no puedan escribirlo porque sea para niños, todos sabemos que los héroes cuando rescataban a las princesas seguro que les pedirían algo... ese era mi precio!'. Aflojé mi mano y te separaste un poco de mí para ir caminando hacia detrás mía y al pasar por mi lado susurrarme 'pues vaya desperdicio de cosa que has pedido... aunque como no eres ningún héroe, en verdad no podrías haber pedido nada'. Tras decírmelo al oído te acercaste a otra persona para seguir con la noche... mientras yo trataba de continuar manteniendo las manos sin que me temblasen, y que no perdiese la fuerza en las piernas. Me vuelves demasiado loco como para contenerme y parecer que no me afecta cuando hago estas tonterías... probablemente ya te hayas dado cuenta. Entre bromas, continuo hablando con el resto de la gente haciendo como si lo que te hice a ti se lo podría haber hecho a cualquiera... convenciéndome de que en verdad fue sólo una broma, un par de comentarios tontos. De vez en cuando te miraba de reojo entre la gente y me mirabas... ponía la escusa de ponerte una mueca, y me la devolvías. Ya volví a arrepentirme de no haberme contenido y haber hecho esas tonterías... o de no haber pensado algo mejor. Volvía a arrepentirme de haber intentado algo que... todos sabíamos que no estabas a mi alcance. Nunca lo estuviste. No tenía ningún sentido probarlo... dos besos tontos después de haberte emborrachado no demuestran nada; o por lo menos nada más que soy incapaz de conseguir nada contigo. Si sólo me besarías estando borrachísima... es que algo no va bien.

Una última copa me ayudó a dejar de pensar gilipolleces y seguir moviéndome como si un rinoceronte estuviera sufriendo descargas eléctricas. Una amiga, una de las pocas que conocía lo que alguna vez rondaba mi cabeza, trataba de insistir que esta noche era el momento de decírtelo, de hablarte en serio... creo que no llegó nunca a entender que, cada vez que hablamos del tema, uno de los dos comienza a sentirse incómodo y simplemente busca alejarse. En el fondo sería genial si ambos nos soltásemos las cosas claras a la cara... pero tú eres bipolar, por lo que las cosas claras dejan de ser claras en cuestión de segundos; y yo soy... incapaz de soltarlo. No te va a sentar bien. Te va a molestar. No tiene sentido. La noche continuó con algún que otro roce entre tú y yo... poco a poco la gente se iba yendo, y cuando quedábamos pocos y el etanol nos hacía pensar de una manera muchísimo más coherente nos dábamos cuenta que con quien realmente estábamos a gusto... es juntos; así que estábamos más cerca. Hablábamos, reíamos, tratábamos de bailar y de vez en cuando alguna broma se subía de tono, alguna caricia te acercaba de más o tratabas de devolverme el mordisco que antes de había dado. Después de algún detalle de esos, nos alejábamos un poco y pasábamos un ratito demostrándonos que no había pasado nada, que la noche con el resto de personas es igual de guay. Hubiese sido una noche normal, de esas en las que nos lo pasábamos bien, si no me hubiera cruzado contigo de frente al salir del baño. No habías ido sola, pero quien te acompañaba había salido un poco antes que tú y al verme había saludado y vuelto en medio de la gente... mientras tú me mirabas y yo te miraba. Ibas a pasar a mi lado para volver con todos pero involuntariamente mi mano se apoyó en tu cadera, rodeándote con algo de fuerza como para pararte. Me miraste fijamente, sin entenderlo muy bien. No pude más... te apoyé con fuerza contra la pared del baño y, cogiéndote las manos, las levanté y las apoyé contra la pared también, tratando de inmovilizarte. Te miraba fijamente, a pocos centímetros de tu rostro mientras tú me mantenías la mirada... hasta que la desviaste un segundo a mis labios para saber si los estaba acercando o no. Solté tus manos, apoyé las mías en tu rostro y... devoré tu boca. Literalmente, la devoré. Tus brazos bajaron e intentaron apoyarse en mi espalda; pero volví a coger tus manos y apoyarlas en la pared... 'si me acaricias, no cuenta como violación, ¿no crees?', '¿Y por qué iba a ser una violación?', 'porque yo me muero de ganas... y tú simplemente dejas que pase'. Seguí comiéndote la boca mientras tú tratabas de separarme para decirme algo más. '¿Ves? Ahora tiene más pinta de violación de verdad'. Te mordí un moflete, te lo besé con al ver que lo dejé marcado y me dirigí al baño donde iba desde antes. No era yo quien había hecho eso... no podía ser. No tenía sentido. Seguro que te había molestado. No debería haberlo hecho. No... No era yo. Era el alcohol... seguro. ... . Qué cojones, a quién voy a engañar... ese era yo. Eso era lo que yo quería hacer; ni más, ni menos.

Ya le quedaba poco a la noche, y sólo quedábamos los de siempre; por lo que optamos volver con calma caminando hacia el barrio. Yo te miraba de reojo de vez en cuando, avergonzado por lo que había hecho; tú había veces que me mantenías la mirada y otras que la evitabas. Como el camino es exageradamente largo, y más a esas horas; y me daba la sensación que tenías frío... una de las veces que mantuviste la mirada me acerqué para rodearte con el brazo. '¿Quieres mi sudadera?'. ... . Me mirabas fijamente... yo estaba cohibido, miré al suelo, miré a la pared, incluso a la mierda de perro que había en la calle ya que no podía soportar esa mirada. 'Anda, calla; que siempre que abres la boca la cagas. Si no hablases nunca las cosas serían hasta guays... ¿sabes?'. Te miré. '... ok, indirecta captada, que no lo han sido esta noche'. '¿Ves? ¡Si es que no te callas!'. Caminabas lento por los tacones, y ahora tú también te cogías de mi cintura para resguardarte algo del frío. Nos sacaban algo de ventaja el resto. 'Si alguien tiene la forma perfecta para callarme aquí... sabes que eres tú'. Me miraste con esa cara de.... "anda, flipao"; mientras yo miraba hacia delante, observando que nadie nos miraba. 'Claro... se me olvidaba que cómo te ibas tú a atrever a dar un beso... en público! Por Dios! Cualquier persona se avergonzaría de besarme...' no pude terminar la palabra porque estaba tu lengua combatiendo con la mía, buscando casi castigarla por sólo decir gilipolleces. Yo, cuando fui capaz de reaccionar porque me estabas besando, apoyé mi mano en tu cadera e hinqué un poco los dedos... no quería que te alejases. No... no me lo podía permitir. Se oyó una risa contenida un poco más alante, miré de reojo y... nos había visto, y se daba la vuelta rápida para mirar hacia delante disimulando que no había visto nada. Total… mientras lo viese ella. Te separaste, no fue muy largo, y agarrándote a mi cintura para que te tapase del viento seguimos caminando. 'Eso sí... ahora no vuelves a hablar hasta que yo lo diga'. Asentí con la cabeza. Como si fuera fácil decirle que no a una chica así...

Aguantamos andando juntos un rato más, luego te separaste y nos acercamos al resto de la gente. Tú hablabas y reías entre bromas... yo sonreía detrás en silencio. Por una parte, porque lo había prometido; aunque ya se te hubiera olvidado. Por otra parte, estaba pensando cómo afrontar la noche... qué decir, qué hacer, qué... sentir. Y reía. En un segundo plano, algo detrás pero tratando de no parecer que estaba mal, o desanimado... simplemente pensaba. Pensaba y sonreía. Hasta que levanté la cabeza y me dí cuenta que estábamos ya en el cruce donde cada uno se iba a un lado... no nos queríamos despedir, nadie, y mantuvimos la conversación todo lo que pudimos. Yo me acerqué a una amiga... 'dormías sola en casa, ¿no?'. Poco a poco la gente iba sonriendo convenciéndole la idea... e incluso a ella le gustaba. Sí, rompí la promesa de no hablar pero... la idea triunfó y...

La casa estaba cerca y parecía que ni el alcohol podía evitar que soñase despierto con lo que me gustaría que sucediese. Éramos los cuatro de siempre y ya que ellos dos estaban en su momento de parejita feliz, yo tuve escusa para acercarme a ti y entre bromas hacértelo más ameno. Parecías algo incómoda, distante... y me gustaba soñar con que fuese porque estabas imaginando las mismas cosas que yo, y le tenías miedo. Yo me limitaba a entre bromas mantenerme cerca de ti y hacer que no estuvieses incómoda. Nada más subir acaparamos los sillones, sentándome yo sólo en el pequeño y tú con ellos dos en el grande... nunca podré conseguir que en estas situaciones estés cómoda conmigo y lo comprendo, soy muy pesado. Además, puedes tener miedo que cuando yo me acerco y apoyo entre bromas mi mano en tu pierna, te abrazo o te pido que te acurruques cerca de mí... lo hago con otras intenciones que si te lo pide el resto. No sé porqué pasa, pero siempre pareces incómoda en estas situaciones y ya he aprendido a convivir con ello. Además, un golpe de agua fría en esos momentos me venía incluso bien para dejar de soñar con las tonterías que estaba pensando... propusimos poner la tele y no encontramos nada, así que nos limitamos a decir una tontería tras otra hasta que la parejita decidió irse a la cama. Yo no estaba en el momento que se fueron, había ido al baño y aprovechaba para tratar de despertarme medianamente con algo de agua mientras me miraba al espejo... si es que tiene toda la lógica que sólo haya posibilidades con borrachas. Al salir vi como ellos se dirigían al cuarto a dormir, y te vi en el sofá tirada pasando los canales con cara de asco y... me miraste. Había algo de miedo, de vergüenza en la mirada... pero también había unas vetas muy divertidas. Ese brillo en los ojos, y la sonrisilla... 'bueno... ¿vamos a dejar a estos dos solos en la casa?', me preguntaste mientras yo me señalaba a los labios y los cerraba con fuerza. '¿Qué haces?', me preguntabas mientras me acercaba poco a poco a tu sillón y señalaba a mi boca mientras hacía gestos diciendo que no... '¿Estás tonto?', seguías preguntando. 'Que me dijiste que no podía volver a hablar... aunque bueno, mejor así, a ver si con suerte me vuelves a callar como antes'. Te hizo gracia el comentario, y la risita te delató. 'Nah... no tiene sentido irse ahora, para eso si hace falta prefiero dormir en el sillón... total, probablemente sea una de las pocas oportunidades que tenga para dormir contigo, y seguro que acabo durmiendo en el pequeño para que no te sientas incómoda'. Miraba al frente, a la televisión ya apagada. '¿Quieres que vuelva a repetirte que te calles?'. 'Sólo si es besándome de nuevo'; te mantuve la mirada fija mientras contestaba. Acercaste un poco los labios a mí... pero te paraste en seco. No, nada de juegos, ahora no. No podía jugar a esas tonterías ahora... sólo podía...

Caí sobre ti. Caí y te comí la boca mientras una mano me sujetaba para no desplomarme sobre ti, y la otra se apoyaba en tu vientre, subiendo poco a poco por el costado haciendo presión. Querías hablar... pero no te dejaba. Luego era yo quien trataba de decir alguno de mis putos comentarios fuera de lugar, pero por suerte tus manos me cogían de la cabeza para seguir besándome. Ya no podía más... éste era el momento. Con una mano giré tu cara mirando hacia el respaldo del sillón y empecé a devorar tu cuello, dándole rienda suelta a la pasión... sé que, como a mí, te gustan que las cosas se hagan con ganas o no se hacen; así que me dejé llevar absolutamente... te mordía, mis manos bajaban de tu cuello hasta jugar con tu pecho y seguía recorriendo tu cuello a mordiscos. Nos estábamos transformando. Tus manos recorrían cada escondite de mi cuerpo buscando algo que no importaba, con acercarme más a ti bastaba. Yo disfrutaba de cada centímetro de ti como si fuese un niño descubriendo nuevos juegos... joder, estabas increíble. Torpemente trataba de quitar los primeros botones del vestido rojo mientras, entre susurros para no llamar la atención del resto de ocupas de esa casa, te susurré 'Estas medias... ¿Son demasiando caras?', me miraste absolutamente extrañada, volviendo a desear que me callase de una jodida vez. 'No creo... ¿por?', 'Porque me niego a esperar a quitártelas... te pienso follar ya mismo'. Y eso hice. Incorporándome un poco apoyé mi mano bajo tu vestido, levantándolo y sonriendo al ver tu ropa interior. Tenías las piernas abiertas ya que yo me encontraba en medio y fue fácil apoyar mi mano sobre tu sexo haciendo presión con un dedo recorriendo todo lo que podía sentir con tanta ropa. Hice más presión, tratando de rajar las medias, mientras seguía dándole suaves mordisquitos a tu escote. Tu mano me cogió de la muñeca, me inmovilizó mi mano y me la apartó un poco, 'espera...'; susurraste. Incorporándote un poco y de un movimiento rápido, bajaste la media hasta casi la rodilla y sin querer se bajó también las braguitas, sin llegar a mostrar nada pero estando en el límite... lo suficiente como para volverme loco. Seguías incorporada, te lo agradecí con una sonrisa, te besé apoyando mi mano en tu nuca, te mordí el labio inferior y te empujé haciéndote caer contra el sofá. Con una mano seguí tratando de quitarte los dichosos botones mientras la otra se colaba bajo tus bragas para descubrir que estabas empapada. Empapada e hirviendo... casi me quemaban los dedos. Al parecer eres una de esas chicas que cuando están calientes, están calientes de verdad... de esas que cuando estás dentro de ellas, sólo puedes no parar de follártelas porque se siente demasiado bien. Echaste la cabeza hacia atrás cuando sentiste que un dedo se colaba dentro de ti... al cual le siguió otro dedo rápidamente, parecía que los pedía a gritos. Con la palma de la mano me apoyaba haciendo un masaje en tu clítoris y tú te dejaste llevar unos minutos, mientras me las había apagado para quitarte tres botones más y me entretenía dándote suaves mordisquitos en el borde del sujetador. De repente me paraste, me miraste a los ojos y te empeñaste en colocarte encima de mí. Mientras yo me colocaba boca arriba, tú terminaste de quitarte las medias y te sentaste sobre mí, devorándome la boca. Sabía que te gustaba controlar estas situaciones y... te dejé hacer. Sentía cómo la bragueta de mi pantalón estaba a la altura de tus bragas descolocadas, y cómo eso me volvía jodidamente loco. Podía ver tu escote apenas contenido por el sujetador, marcado por mordisquitos rojos que fueron cosa mía; y me volvía loco. Sentías como palpitaba bajo tu entrepierna... y te volvía loca. Yo no quería perderme ni un segundo del espectáculo de tus tetas, y tú me sonreíste mientras te deshiciste del sujetador. Simplemente cayó sobre mi tripa mientras estabas incorporada, y pude observar cómo se movían mientras me mordías los pezones, la tripa, el ombligo... yo aprovechaba para jugar con ellas, tirar de los pezones, agarrarlas, hasta que dí una palmadita en unos de tus pezones y nos dimos cuenta que sonó demasiado. 'Dijiste que te gustaban estas cosas, ¿no?', te dije incorporándome y levantándote del pelo para estar en tu oreja. 'Sí pero hay gente al lado...', nos entró la risa floja. Me levanté rápidamente y traté de cerrar la puerta sabiendo que era inútil, se oiría igual. Tú me esperabas en el sillón con una mano en la ingle y otra en tus tetas, y me devorabas con la mirada... si fuese posible, se me hubiera puesto un poco más dura. Antes de que me tumbase, me cogiste de la cintura del pantalón metiendo dos dedos para agarrarme y me atrajiste con fuerza hacia ti; quedando yo de pie y tú sentada. La camisa en menos de un segundo ya estaba en el suelo. Tú mordías mi vientre y mi ombligo mientras hacías que el pantalón cayese por mis rodillas; de los calzoncillos no creo ni que seas capaz de decirme de qué color eran, simplemente volaron. Y ahí estabas tú... mirando mi polla a escasos centímetros de ella. Con una mano la cogiste desde la base y la recorriste lentamente... me miraste a los ojos, tan incrédula como yo de la situación y... lo que pasó a continuación me niego a describirlo. De verdad. Me niego a describir esa escena... me tiemblan las piernas tan sólo de imaginarlo, y es difícil escribir estando con los ojos cerrados para soñarlo.

Cuando sentí que mis piernas no daban más de sí, que estaban temblando demasiado y podía caer; me apoyé en tu hombro y te empujé hacia atrás. Tus manos seguían luchando aferrándose a mi rabo, mientras yo te cogía y te inmovilizaba... 'quieta, que me toca jugar a mí'. Te sentaste en el sillón y yo caí de rodillas en el suelo, moviendo un poco la mesilla para tener más espacio libre. Tus manos estaban en tus muslos, incitándome a entrar; mientras yo tiraba de la ropa interior para deshacerme de tus braguitas cuanto antes. Y... ahí estaba. Sólo quería devorarlo. Sinceramente, me moría de ganas. Así que eso hice... apoyar mis manos en tus nalgas, tus piernas en mis hombros, y acercarte a mí para recorrer con la punta de mi lengua cada centímetro, hasta donde llegase. Sabías que me gustan los jueguecitos de que me guíen en estas cosas, como yo antes te había estado dando advertencias o consejos para que fueses cambiando cada poco... y así hacías. Al principio entre susurros, temerosos de que nos oyesen, hasta que poco fui dándome cuenta que eres una de esas maravillosas mujeres que si tienen sexo, disfrutan del sexo... y tienen que demostrárselo a todos sus vecinos. Y yo lo disfrutaba. Aguanté gustoso hasta que sentí que eran tus piernas las que temblaban... entonces sonreí, me incorporé un poco, descubriste que cuando había soltado las manos de tus nalgas era para colocarme el preservativo y de un golpe rápido entré en ti. Tú me cogías de la espalda, casi arañándome, mientras yo te embestía una y otra vez... 'ahora soy yo quien va a decidir cómo se hace, ya mañana haremos las cosas a tu manera'. No sé si te quejaste, porque te comí la boca en vez de esperar tu respuesta... y eso hice, follarte con las ganas que llevaba acumulando demasiado tiempo. Follarte de todas las formas que pueden dar de sí un sillón, y cuando no habían más te tiraba al suelo y te seguía follando mientras tú disfrutabas de sentirte aprisionada entre el frío parqué y yo. Tú también me follabas... hasta que sentiste que no aguanta más y me venía, lo cual pusiste una cara entre cansancio y resignación; pero ya sabes que yo necesito poco descanso, y seguí follándote. Hasta que nuestros músculos ya sólo eran capaces de bombear ácido. Hasta que no quedase una puta gota de alcohol porque la hubiésemos sudado toda. Llevaba mucho esperando... y te pensaba follar hasta que saciase las ganas que tengo de ti. Obviamente, por la mañana, aprovechando que éstos sólo quieren dormir y preparando una forma de pedir perdón... te seguí follando. Como si mundo tuviésemos que repoblarlo nosotros solos. Como si cada vez que consiguiese que te corras, muriese un niño menos de hambre. Cualquier escusa es buena... pero sólo dejé de follarte cuando caíste sobre mí exhausta, y te quedaste dormía sobre mi espalda, en el suelo. Entonces te besé la frente, te acaricié el pelo absolutamente empapado en sudor y te susurré: 'conforme, un par de horas de tregua, peque. Disfrútalas que necesitarás más fuerzas'... me sonreíste y me besaste los labios antes de caer dormida acurrucada en mí. Ingenua... creías que lo decía en broma.

abrazos que triufan...^^

- yo... pensaba que tú... sabes, que no...
- Anita, no me creo que no te hayas dado cuenta, es imposible...
- son cosas que también hacen los amigos, feo...
- es que que me apetezca besarte a todas horas no quiere decir que no seamos amigos^^
- ¿entonces...?
- entonces dame un beso ya o grito.
- ¿vas a dejar de decir frases de mis películas favoritas?
- el problema es que también son las mías... Anita, vamos a dejarnos de tonterías ya, ¿vale?
- me tienes que estar vacilando...
- ¿en serio piensas eso?
[...]
- vuelve a hacer eso, por favor...

O.o

- ¿sabes qué voy a hacer ahora? te voy a llevar a casa con el coche, dejaré el coche enfrente de tu puerta y te acompañaré a la puerta y, ¿sabes qué haré cuando estemos en la puerta?
- ¿volverte al coche...?
- no, fea! darte el beso que los dos llevamos esperando demasiado tiempo.

amores de barra...

te comparo con el resto del ganado y decido dar un paso más.

jueves, 28 de enero de 2010

you rock, baby^^


"...ahora sí que te daba un abrazo..."

alucino...


"madre mía, que tienes muchos novios por lo que veo, ¿no?"

miércoles, 27 de enero de 2010

ains...


- es que es la mujer de mi vida, ¿entiendes? ¡no me puedo permitir perderla!
- qué genial...
- no te preocupes, Anita, seguro que algún día encuentras a alguien que sienta que tú lo eres de la suya.

domingo, 24 de enero de 2010

veeeenga tú.


astenia

kjsdnsjakdnsajkdnsjkadnlsanfkldsjroieslñdfm
:(

"Ana, es que te odio; entras en mi vida, me demuestras que eres genial y me cierras todas las puertas... ¿en serio no hay ni una rendija?

si supiérais que vivís engañados... pero mejor así, que os necesito y puede que me lleve un chasco... más.

¿me utilizas tú? te utilizo yo. noches sin sentimientos.


1 capullo.
2 capullos.
3 capullos.
4 capullos.
5 capullos.
6 capullos.
7 capullos.
8 capullos.
9 capullos.
10 capullos.
11 capullos.
12 capullos.
13 capullos.
14 capullos.
15 capullos.
16 capullos.
17 capullos.
18 capullos.
19 capullos.
20 capullos.
21 capullos.
22 capullos.
23 capullos.
24 capullos.
25 capullos.
26 capullos.
27 capullos.
28 capullos.
29 capullos.
30 capullos.
31 capullos.
Uno por cada día del mes…

"se han ido la ilusión y las ganas de verte."


en realidad... es triste.

si supieras.


y no miento cuando digo que me hace bien verte, hablar contigo o darte un abrazo... incluso un beso. creo que tengo bastante claro lo que pasa, por las dos partes... y... ante todo somos amigos y no hay mucho más que hablar. aunque, la verdad, es que me gustaría hablar contigo todo lo que se nos pueda ocurrir sobre el tema para dejarlo ya zanjado y mirar sólo para alante. y que lo que tenga que ser, sea.

sábado, 23 de enero de 2010

viernes, 22 de enero de 2010

bruuuuto!

moratones gigantes por aquí, moratones gigantes por allá! veciii, y luego quieres que te quiera!


y bueno! en un mesecito tenemos los resultados de las pruebas... aunque tal vez te llamemos antes... (me ha quedado claro que era mejor no tener noticias... xD) tuntun, tuntun, sí... nervios... sí, no saber si pasa algo o no. pero poquito a poco, sabes? si pasa algo, podemos y sino, pues mejor :) vamos a animarnos, vale Anita? que si no estas animada no puedes animar y eso sí que no! vaya semana más rara... y qué diferente me siento. me hace bien haber conocido a gente diferente. pero... no quiero que nadie se lleve a engaños, las indirectas son bien claras y sí, aunque no os conozcáis los dos sois demasiado geniales pero... Anita ni puede, ni quiere.

jueves, 21 de enero de 2010

¿benditos mordiscos?

No! hoy son malditos! ay ay aaaaay! duele...

no me preguntes cómo hemos llegado a esa posición, a esa situación y ni mucho menos cómo hablamos tanto, pero no te engañes, igual que hablo contigo, hablo con más gente, ha sido un momento raro, no incómodo, pero sí te digo que no va a pasar de eso; una situación rara... no será un hecho. no me cansaré de repetirte que no estoy preparada... ni siento nada, ni he olvidado nada...

- ¿en serio? pues otra cosa más qué haremos en un coche!
- cielo, no te lo tomes a mal, pero... no pienses más de la cuenta. ya sabes lo que pienso y... nada es nada.

y volver a confiar en mí misma...

- es genial poder tener una conversación así y que compartamos tantas cosas,  ¿no crees?
- intento no valorarlo.

miércoles, 20 de enero de 2010


me falta optimismo por las cuatro esquinas.

nadie te conoce mejor que tus amigos, ¿no?


- ¿cómo estás?
- genial.
- alégrome, alégrome.

"sí, Ana, en su día sí serías especial."


ten amigos para esto... xD

tristeza.


dame una pista que sino resbalo y el miedo es mu malo y el quererte mucho me da sed. dime que sigues aquí a mi lado, que yo lo vea claro...

y es que este frío es muy malo...


necesito dormir.

poquito a poco.


- ¿sabes? se me da bien escuchar y luego hacer reír y yo creo que necesitas hablar con alguien.
- gracias, feo, en serio, pero... no me sale contar lo que pienso ni siento.
- ya, si te entiendo, yo he pasado por algo parecido, pero... no es momento para contar eso.
...
- ¿ves? te dije que te haría sonreír, enana.
- anda con el abuelillo...
- eeeh!

martes, 19 de enero de 2010


un abrazo, por favor...

si Peter Pan viniera a buscarme una noche azul...


sigo buscando una sonrisa de repente en un bar, una calada de algo que me pueda colocar, una película que consiga hacerme llorar, ah-aaaah...

porque la vida tiene game over, por eso tienes que saber cuándo y qué arriesgar, por eso haría de héroe si eso pasara, por eso quiero que en serio te protejas en la bañera...

¿Quién descubrirá mis mentiras?


¿Quién facilitará mi huida?

mira al cielo y sólo pide un deseo...

papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito...

... :(


Alguien me dijo que se había ido fuera de la ciudad. Y volví a verla cuando no estaba ya. Volví a entregarme al dolor de sentir su lejanía y a la añoranza de sus movimientos. Volvió a decirme en sueños que me amaba y a protagonizar mis pesadillas. Volví a verla denuda entre mis brazos. Volví a verme desnudo entre los suyos.

sin cámara... qué mal...


lunes, 18 de enero de 2010


va a ser una mala noche, pero no se puede ir una a la cama pensando eso, coño, Ana! piensa en anoche, que te llame alguien que no te imaginabas que se preocuparía lo más mínimo por ti y te hiciera reir y no te dejara pensar, piensa en el futuro... lejos de todo esto... sin dar explicaciones a nadie, pudiendo cambiar de aires, conocer nuevos lugares... Barcelona, ojalá acabemos juntas :) fastidia pensar que podría estar allí y que tú aparecieras de vez en cuando con tu supermoto, pero no pasa nada, Barcelona es muy grande y tiene miles de rincones que fotografiar. pero odio que estéis aprovechando la situación para conquistarme... macho, que habláis conmigo y no os hablo precisamente maravillas ni de mí ni de creencias algunas... creo que me siento guay contigo porque eres el único que no está intentando nada... porque sabes que cuando necesito hablar, hablo y ya está, tú me escuchas y me hablas de mandarinas y de anécdotas, dejas que me desahogue y luego haces que nos lo pasemos bien juntos y eso... es genial... me da que acabaremos siendo grandes amigos...
y tú... tú no sé de qué palo vas, no sé si ayer fue genial porque cualquier cosa habría sido mejor de lo que era o porqué, pero gracias, gracias por sacarme de casa y demostrarme que no hay que ponerse límites, gracias por demostrarme que si se me cae la casa encima, en la bañera estaré a salvo, gracias por preocuparte, payaso :)

cansada de creer que todavía estás...


...he vuelto a recordar las tardes del café, las noches locas que siempre acababan bien.

es sólo otra canción sin melodía.


nah, en el fondo estoy bien, ¿sabes? aunque haya vuelto a las máscaras con "los de siempre", tengo gente nueva en mi vida que parece que le importa verme bien o no, o darme un abrazo si lo necesito... y es curioso, porque acaban de aparecer y se dejan la vida para arrancarme una sonrisa... se agradece, supongo, pero no soy capaz de agradecerlo, prefiero silencio... pensar en porqués, en qué cosas hago mal... sólo quiero mejorar... quiero sentir que siempre doy el máximo... y ahora mismo lo que siento es que no tengo nada que dar... pero tendrá razón éste y sólo necesito tiempo... conseguiré volver a creer en algo, a confiar en alguien y a demostrarle a alguien que me importa... pero no quiero hacerlo... porque hacerlo supone que, tarde o temprano, también se cansará de mí y... no puedo, no sé... ¿quieres que seamos amigos? supongo que te agobiaba que te pidiera un abrazo de vez en cuando. la respuesta era "Ana, ahora no puede ser..." y no pasaba nada, porque Ana lo entendía y bueno, lo asumía. pero que Ana necesite un abrazo o alguien con quién hablar debe suponer que no soy para nada "independiente", nah, yo no lo veo así, y creo que ese es uno de mis muchos fallos, ¿no? pero yo... de mis amigos, sí espero que me den un abrazo cuando estoy mal y que logren sacar un huequito para mí si les necesito... y sé que no estás dispuesto a cambiar nada de tu vida por mí y lo entiendo y respeto, ¿sabes? pero no lo comparto... nah, que te vaya bien, ¿vale? y que seas feliz con la que sea... jeje... y no sé, si algún día volvemos a hablar, me explicas tu concepto de amistad...

como siempre; mal y tarde...



tranquilo, ya no volveré a llamar, no me volverás a ver, esta vez me marcho para no volver... llámame! te quiero escuchar!
ya lo ves, no siempre me va bien...

- has conseguido hacerme sonreír, algo que no ha conseguido nadie y... ¿desde cuándo nos conocemos? gracias... en serio...
- te dije que iba a ser único... y no me las des, estás preciosa cuando sonríes...

¿porqué tienes que cagarla?

domingo, 17 de enero de 2010


se mira en ropa interior y pensándolo bien, no se ve tan fea!

creo que sin ese "ni siquiera siento la necesidad de llamarte" no escocería tanto y no sería tan difícil...

no pasa nada, ¿sabes? ahora sientes que cualquier otra persona no va a ser los suficientemente dependiente como para no agobiarte como lo hacía él, y odias pensar que te va a volver a tocar a pasar por lo mismo, pero...¿acaso no merece la pena pasarlo mal ahora si piensas en lo que disfrutaste? no sé... ahora mismo todo te parece una mierda, y odias a todo lo bonito que te rodea, no quieres volver a creer en nada, porque se acabará, y sí, Ana, me da que sólo has sido el de "posdata". y claro que le vas a echar de menos y él, de vez en cuando, lo mismo se acuerda de ti :)
Anoche no pude dormir pensando que habíamos terminado. He dejado de amargarme porque sé que lo que tuvimos fue real. Y si en algún lugar en un futuro lejano nos reencontramos en nuestras vidas, te sonreiré con alegría y recordaré cómo pasamos el verano bajo los árboles, aprendiendo el uno del otro y creciendo en el amor.
El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. Eso es lo que tú me has dado. Y lo que yo esperaba darte siempre.
Te quiero, ya nos veremos.

eh! podíais dejar de contarme las moñadas que os hacéis los unos a los otros... tal vez no sea el momento :)

necesito una ayudita, una palabra que me pueda convencer...



¿que cuándo puedes volver a mi vida? eres tú el que ha decidido salir de ella...