Y con él el dios borracho que te quiso hacer sufrir...
Me dijiste "píntame" y pinté una luna luna de cuarto menguante con guante de podar, con el ruido de las olas q te tiene enamorá y lloraste al verla: "imagínate que te pinto yo a ti un sol radiante y lo pongo delante pa cuando no estés"
túdedesayuno.
lunes, 28 de abril de 2008
domingo, 27 de abril de 2008
Princesas.
- ¿Sabías que el mar aquí es muy importante?, ¿donde más?
- No hay mar aquí.
- Por eso, es donde mas se piensa en él.
Las cosas no son importantes porque existan. Son importantes si se piensa en ellas. Como tu hijo, que no está pero piensas en él cada día, ¿a que si? Por eso existe porque piensas en él.
Mi madre lo dice siempre, que existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés. Dice que lo dijo no se quien, pero yo creo que se lo inventa ella. Se lo inventa todo según le convenga.
Yo en realidad no creo mucho en Dios, ni soy muy muy religiosa, ni nada. Mi madre sí lo es, yo no. Lo único lo he pensado, y creo que lo peor no sería que no hubiera nada después de la muerte. Lo peor sería que hubiera otra vida y que fuera como esta.
-Fernando León-
El amor según Thomas Mann.
Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone de pintura al óleo ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos, cómo se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y como la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas. ¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo, con su abundancia de delicadezas orgánicas, bajo sus almohadillas de carne! ¡Qué fiesta más inmensa al acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano! ¡Fiesta para morir luego sin un solo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la “Arteria femoralis” que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!
sábado, 26 de abril de 2008
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres.
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!”... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
Buh!
jueves, 24 de abril de 2008
¡Por los viejos tiempos!
Ese año se llevarían los tonos metalizados con ligeros retoques color malva. Ella llevaría los ojos de serpiente que le regaló su madre de un verde que era una mezcla entre azafrán y amarillo pollo. El vestido metalizado quedaría genial con su tono de piel color tierra y sus zapatos rojos serían adornados con un lazo rosa-fucsia único para la ocasión. El lazo de los zapatos quedaba fantástico con sus ideales guantes de raso del mismo color.
Los sentimientos se quedarían en el asiento trasero de su coche y La Señorita Fantasía, acompañada de la Señorita Ilusión serían sus compañeras de viaje hasta llegar al lugar señalado.
Una vez allí, bailaría con ellas y bebería con el Señorito Deseo. El Señorito Deseo era el más rico de la fiesta. Sus innumerables riquezas superaban su belleza, algo casi increible. Era tal el atractivo del joven que, aún con su corta edad, había tenido inimaginables romances.
El Señorito Deseo llevaba enamorado de ella desde críos, pero como siempre había reído tanto con su amigo Alegría, le daba miedo dejarlo salir.
Al cabo del tiempo su salida fue inevitable, y en aquella fiesta saltaron tales chispas entre los dos que incluso la Señora Pasión tuvo celos de ambos.
El Señorito Deseo me descubrió un mundo nuevo del que no quiero salir.
miércoles, 23 de abril de 2008
Y yo te quiero hasta allí arriba!!
martes, 22 de abril de 2008
Cabalgadores de vientres.
Vengan todos los amantes
con sus silencios de cuatro compases,
que vengan con sus dedos
impregnados de sexo.
Vengan hoy los amantes.
Que se entreguen al placer
de cada pequeña muerte,
cabalgadores de vientres,
turbadores de motel.
Que no pase el tiempo por su habitación.
con sus silencios de cuatro compases,
que vengan con sus dedos
impregnados de sexo.
Vengan hoy los amantes.
Que se entreguen al placer
de cada pequeña muerte,
cabalgadores de vientres,
turbadores de motel.
Que no pase el tiempo por su habitación.
Lalalaaaaa! Con la F!!
Quiero hacerlo esta noche, con-tigo.
domingo, 20 de abril de 2008
viernes, 18 de abril de 2008
jueves, 17 de abril de 2008
sábado, 12 de abril de 2008
viernes, 11 de abril de 2008
Doble-doble.
sábado, 5 de abril de 2008
^^
Vais y venis, pero nunca os parais a pensar, quién unió, el invierno el frío y el brillo al metal. Entrais y salís, pero nunca os atreveis a preguntar, quien dejo, en la hierba el verde y en el mar la sal. Y en tus ojos la electricidad y en tu boca el fuego d un volcán. Veis y callais, porque no llegais nunca a adivinar, la razón, de que el tiempo pase y todo siga igual. Y en tus ojos la electricidad y en tu boca el fuego de un volcán.
viernes, 4 de abril de 2008
Niños mutantes*
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