
- Me dijiste que no volverías a marcharte. Que estarías siempre conmigo, ¿recuerdas? No podía perderte otra vez.
Él la miró, confuso, emocionado. Aquello no podía ser real.
- Pero...voy muy lejos...
- Al confín del mundo -lo cortó ella-. Sí, lo sé, pero me da igual: quiero ir contigo. Más allá del confín del mundo, si es necesario. Ya no quiero volver a separarme de ti nunca más.
Él la abrazó, con todas sus fuerzas.
- Tampoco yo -reconoció-, pero ¿qué iba a hacer, sino?
-Confiar en mí -susurró ella-. Creer que soy una digna compañera de camino, que soy sincera cuando te digo que te quiero, que de verdad quería pasar la noche contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario