- Es sólo carne, no entiendo el porqué de esta obsesión.
- No es sólo carne, es tú carne y no puedo pasar un sólo día más sin probarla. Sé que no lo entiendes, que tú tienes miles de carnes diferentes para probar cada día si quieres pero, no sé qué me pasa contigo, que haces que pierda las ganas de las demás carnes o.. puedo probarlas, pero no me satisfacen como sé que lo hace la tuya.
- Deseo, creo que se llama.
- No, no es sólo deseo, después de devorarte quiero hablar contigo durante horas, conversaciones insustanciales a las que les pones sustancia, ¿sabes a lo que me refiero?
- Creo que no...
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