Y, por tu pelo, me cuelo en tus ojos; ojos que son del mismo color que el manto que cubre el campo de dias de otoño. Y te meto mano con el pensamiento y me pongo malo con todo lo bueno que traen los vientos de tu corazón. Y con rozarnos, nos encendemos. Solo con mirarnos, nos entendemos. Que hablen los ojos que se expresan mejor.
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