Hasta aquí mi diagnóstico.

Me gusta. Me gusta verte sonreír, con sonrisa de tonta cuando nadie te mira. Me gusta perderme en tu mundo y que sea nuestra imaginación la que marque el camino. Me gusta tu pelo, me gusta hacerte moños y pintarlo de mil colores y luego reírme de mí misma. Me gusta verte disfrutar y hacerme disfrutar. Me gusta hacerte reír, reírme conmigo (o de mí) recordando momentos vividos en compañía o en soledad. Me gusta pintarte la cara y luego ver el estropicio que me he causado. Me gusta leerte libros y quedarme dormida en la oscuridad con el libro sobre el pecho. Me gusta ver películas compartiendo galletas conmigo. Me gusta tumbarme contigo y mirar las estrellas sin preocupaciones y sin que nadie me moleste. Me gusta bailar contigo, juntas, en la soledad del yo. Me gusta salir a pasear de tu mano, con frío por los pies y compartiendo millones de calcetines. Me gusta llorar siempre que sean tus lágrimas las que resbalan por mi cara, adoro que sean tus manos las que secan a las impostoras. Me gusta que me recuerdes que hay mil motivos para ser feliz, y poder recordártelos yo a ti. Me gusta que seamos una sola pero no, no me siento para nada sola y sí... ¡qué cojones! Me gusto y estoy orgullosa de poder decirlo.