Y trajimos dos olas que jugando solas se habían perdido y en nidos de amapolas montamos el mar. Pusimos una playa con arena blanca de los caminos, donde nos bebimos hasta rebentar. Y quiero más de ese veneno tan bueno que derrama tu cuerpo y me cura. Y poder ser el trovador de tus sueños pa que no te desveles, ni te aburras.
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