me despierto pensando si hoy te voy a ver, pero es inútil negarlo: tú me estás atrapando otra vez. eres un ángel maldito, eres la dama más cruel; un arma de doble filo: contigo sólo puedo perder, tú me estás atrapando otra vez. y, aunque alguien me advirtió, nunca dije que no, y ahora tengo que esconder las heridas. y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí, nunca me podré alejar de ti... te extraño cuando llega la noche, pero te odio de día, después me subo a tu coche y dejo pasar la vida.
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