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No bailamos la misma canción.
No, tú llevas un ritmo y yo llevo otro completamente diferente. Piensas que todos mis pasos son superfluos y engañosos. Yo bailo, a veces por bailar, otras veces por soñar. Simplemente bailo para vivir, a veces más lento, a veces más rápido, pero no dejo de bailar... No, no me canso.
No sentimos la misma canción.
No, no la sentimos, te empeñas en seguir mis pasos, en tener mis sentimientos, en agradarme, en darme la razón. Seguramente sólo sea falta de personalidad, o tal vez de originalidad. Pero no te equivoques, no sabes seguirme, es más, no puedes. Tú con tu ritmo y yo con el mío.
Quizá no estemos escuchando la misma canción.
Tal vez sea eso, mientras yo canto y bailo mi canción, tú te empeñas en cantar la mía y seguir mis pasos cuando escuchas otra canción. Sería más lógico que siguieras a tu instinto y a tus deseos y bailaras como quisieras, aunque eso conlleve arriesgarte a escuchar críticas. A mí me critican, sí, pero aún así sigo bailando. Pruebalo tú también. No te digo que mi canción sea mejor que las demás, y eso no lo diré nunca, pero yo, por lo menos, tengo canción propia.
Invéntate tu ritmo.
No, tú llevas un ritmo y yo llevo otro completamente diferente. Piensas que todos mis pasos son superfluos y engañosos. Yo bailo, a veces por bailar, otras veces por soñar. Simplemente bailo para vivir, a veces más lento, a veces más rápido, pero no dejo de bailar... No, no me canso.
No sentimos la misma canción.
No, no la sentimos, te empeñas en seguir mis pasos, en tener mis sentimientos, en agradarme, en darme la razón. Seguramente sólo sea falta de personalidad, o tal vez de originalidad. Pero no te equivoques, no sabes seguirme, es más, no puedes. Tú con tu ritmo y yo con el mío.
Quizá no estemos escuchando la misma canción.
Tal vez sea eso, mientras yo canto y bailo mi canción, tú te empeñas en cantar la mía y seguir mis pasos cuando escuchas otra canción. Sería más lógico que siguieras a tu instinto y a tus deseos y bailaras como quisieras, aunque eso conlleve arriesgarte a escuchar críticas. A mí me critican, sí, pero aún así sigo bailando. Pruebalo tú también. No te digo que mi canción sea mejor que las demás, y eso no lo diré nunca, pero yo, por lo menos, tengo canción propia.
Invéntate tu ritmo.
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