Sus besos eran armas de doble filo, te daban la vida y a la vez te la quitaban. Tanto misterio creaba, a la vez que odio, unas ansias increibles de poderla poseer, de poder sentir en sus carnes todo lo que algún privilegiado había sentido. Criticaban todo lo que le rodeaba sin admitir en ningún momento que sentían celos hasta del aire que respiraba. Su cuerpo era magnífico, nunca se había visto nada igual, inspiraba tal desconfianza que al verlo a la vez tan perfecto y prohíbido llamaba más aún la atención. Si hubieraís buscado en los libros antiguos la palabra goce o tal vez perfección, habríais encontrado su nombre como principal acepción.
Por las féminas odiada y por los hombres amada.
Y ella sólo quería que alguien en vez de poseerla, la amara.
Scarlet Starlet *
No hay comentarios:
Publicar un comentario