<<- a las cuatro me paso por tu casa - me dijiste con la sonrisa de siempre.
- ¿a las cuatro? pero madre mía, ¿no te parece demasiado? - sinceramente, me extrañé.
- no, primero estudiamos, pero en serio, ¿eh? y luego... nos vamos a tomarnos unas cañas y tenemos una de esas charlas que te prometí de tarde-noche hasta que nos cansemos.
- pero si tú no bebes! y sabes tan bien como yo que no nos vamos a cansar...- y lo mejor de todo era que los dos lo sabíamos de verdad.
- bueno, pues mejor, ¿no crees? y ya sé que no bebo, fea, pero es más corto decir eso que decir "nos tomamos un nestea", ¿o no? >>
las 15.33, joder, me acordaba perfectamente de esa conversación, llevaba dándole vueltas desde el día en que lo hablamos... y pensar que me apetecía en serio estudiar... estaba nerviosa, sí sí, esa era la sensación... "Ana, por favor, ¿desde cuando te pones nerviosa por quedar con un amigo para estudiar y tomar algo?" pero tanto mi cabeza como yo teníamos claro que no era ni sólo un amigo, ni sólo estudiar y tomar algo. también tenía claro que no iba a pasar nada fuera de lo normal, total... somos amigos y es preferible que no pase de eso, luego o es sólo sexo o no es nada... y no me voy a consentir perderle... a él no... es guay...
toque! uh, las 15.55, qué impaciente... yo llevaba arreglada media hora, no había hecho eso nunca! pero iba a hacerte esperar... no sé porqué, nunca me ha gustado eso, pero se me tenía que notar a por cojones que me encanta estar contigo... así que tenía que disimularlo, sólo era porque estuvieras cómodo...
16.05, ahora sí. bajé y estabas ahí, te habías bajado del coche y estabas apoyado en la baranda, con los brazos cruzados y la sonrisa de siempre...
- ¿te parece normal hacerme esperar? llevo aquí desde menos diez pensando en que bajaras antes para poderte ver diez minutos más, pues ahora te quedas sin esos diez minutos de abrazo y de charla y nos vamos directos a estudiar!
- ala, lo siento, es que... - no pude decir nada más porque ya me estabas abrazando... me encanta que hagas esas cosas, capullo.- bua! eres un tonto, ¿eh?
- nah, sabes que lo he hecho por mí, porque tus abrazos me alegran tanto como tus besos en la mejilla cuando te metes conmigo.
- en realidad eres un cursi, ¿sabes? no son para tanto, sólo son besos en la mejilla...
- nada tuyo es "sólo" eso...
- anda, ¿nos vamos ya? - me había puesto tan nerviosa con ese comentario y sabía que no era nada raro, sólo lo que ya habíamos hablado, te sentías a gusto conmigo y me habías contando cosas que no le cuentas a cualquiera... me considerabas tu amiga, amigos... eso es, amistad.
El camino en coche fue... raro, me gusta como conduces, nunca me había montando con alguien que condujera tan bien, era rápido, suave... armonioso...
- me gusta cómo conduces, a ver cuando me enseñas.
- pero si tú ya sabes!
- ya, era sólo la excusa para verte...
Te reíste y me tocaste la rodilla... no sabía porqué lo hacías, no te habrías dado cuenta, supongo, pero estabas avisado... Llegamos, aparcaste y entramos a la biblioteca.
- ahora nos ponemos en serio, ¿vale Anita? después soy todo tuyo...
- lo mismo digo!
- uy, qué prometedor...^^
- hablaba de ponernos en serio, listo..
Me encanta dejarte así, con la boca abierta y sin saber qué decir, que te rías aunque no te vea hacerlo porque ya estoy por delante... girarme y que te quedes mirándome hasta que desaparezco... si sólo somos amigos... eres un amigo genial...
Estudiamos, la verdad es que nos cundía bastante, o eso le hacíamos ver al otro... se notaba que no te apetecía estar allí, te miraba de reojo y te veía mirándome... cómo te canteas a veces, amigo.
- Anita... ¿nos vamos ya?
- ¿ya te has cansado? - sólo pensé que ojala me dijera que sí... quería salir de allí, había demasiada gente conocida y no paraban de mirarnos... pero tú no te habías dado cuenta, llevabas demasiado mirándome, mirando el reloj y haciendo como que estudiabas...
- sí... me apetece tomar el aire, si quieres luego seguimos. - menos mal...
- nah, si quieres nos vamos ya, son las ocho, creo que está más que bien, ¿no?
- está genial, pues vamos, enana, ¿ a dónde te apetece ir?
- tú mandas.
- pues no sé, fea...
Sabías perfectamente a dónde íbamos, llevabas el GPS en la mochila, y eso no lo sueles hacer... me hizo gracia, si lo habías planeado, tú también habrías pensando en esa tarde, al menos un ratín... me entró la risa...
Me vendaste los ojos, me tumbaste el asiento y me tapaste con una manta.
- ¿y esto? ¿me secuestras?
- es sorpresa... sé que te gustan, aunque digas que las odias, no te gusta que la situación se te vaya de las manos pero has tenido una rachilla un poco fea y voy a hacer que hoy sea especial, te lo has ganado.
- ¿cómo sabes tú eso?
- nos vamos conociendo, ¿no crees?
- sí... y molas...
- you rock, peque!^^
Me entró la risa... me habías puesto Pink Floyd y me tocabas la cara a ratos... estaba nerviosa, pero habías elegido la música basándote en tantas horas de conversación, eso no vale... al rato paraste, me quitaste la venda y... dios... era alucinante... estábamos en medio del campo, en plan película... y sacaste tu cámara.
- venga, vamos a hacer fotos!
- ¿me estás vacilando? ¿ y con tu reflex?
- sé que echas de menos hacer fotos y a tu cámara, así que hoy es toda tuya! vamos, vamos! que tienes un sitio genial!
- eh... eres lo mejor...
¿cómo coño podías triunfar tanto? salté a tus brazos, no pude evitarlo, y te dí mil besos... por todos los años de todos los intercambios de clase que que no nos habíamos visto, corrimos, hicimos mil fotos y luego te empeñaste en hacerme fotos a mí, después te hice yo a ti y, cuando anochecía, nos hicimos una... genial...
- si eres guapa normalmente... imagínate a mi lado, deslumbras más de lo normal... y hoy... hoy estás preciosa, fea!
- ¿que te pasa a ti hoy? no es normal que moles tanto...
- anda, ¿no? qué cruel eres...
- juapo!
Se hizo de noche y me dijiste de volver al coche, pero te montaste atrás.
- ¿a dónde vas?
- ¿quieres irte ya? te debo una tarde-noche de hablar, pensaba quedarme aquí contigo hasta que me suplicaras que el rapto acabara.
- eso no va a ocurrir, pero vale! - te dije mientras me montaba.
Hablamos... mucho, para variar... salieron temas que no había salido... hablamos, reímos, hicimos el tonto y no sé cómo acabé sobre tu pecho y tú me tocabas la cara... no quise hacer ningún comentario relacionado, por si se acababa... pero lo hiciste tú:
- eh, ¿estás tan a gusto como yo?
- supongo que yo más, soy la que está tumbada... ¿pides cambio?
- no es necesario, me gusta estar así...
Me recosté sobre ti y te toqué la cara, te miré y te besé en la mejilla pero... antes de que mis labios se separaran de tu cara... me cogiste de la cara, con delicadeza, suavidad, cariño... y me besaste... ¿me besaste? alucinante... ¡me besaste!
- llevaba aguantando demás...
No te dejé acabar, te besé yo, no podía creerme aquello... y no podía pensar en nada que no fuéramos los dos.
El cariño se transformó en ganas... las ganas en más ganas y esas ganas ya no nos dejaron controlar nada más, abriste mi camisa como en las películas... me besaste el cuello, y bajaste... bajaste hasta el pantalón, me quitaste el botón con la boca... joder con el nene... pero no... ibas a alucinar tú, llevaba demasiadas noches imaginándote, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para dejar pasar la oportunidad... iba a follarte como no lo habían ni lo había hecho nunca. te agarré la cara, me miraste y me besaste...
- ¿te acuerdas de la noche que te dije que algún día acabarías agotado...? vas a ser tú el que me pida que acabe el secuestro - y mientras que te decía eso saqué las esposas de la mochila y te enganche al techo. tú cara fue más brutal que el verte desnudo... te dejé que miraras, pero no te iba a dejar mucho tiempo... me subí sobre ti, te besé, te mordí los labios, la oreja, el cuello... dios, tu cara de cerdo era lo mejor que había visto nunca... me notaba chorrear, calor por todas partes, era yo... yo y nada más, nada más que tú, tú atado... y mío... seguí bajando... crecías y crecías... primero la puntita, luego más abajo... manos, boca... lo que hiciera falta...
- dudo que te pida que pares en algún momento... podría dejar que me secuestraras toda la vida...
- como no te calles, paro.
- me callo.
mi boca jugó contigo todo lo que quiso y más, parecía un niño en un patio de recreo... no sabría explicar quién se lo estaba pasando mejor...
- anita... eres brutal...
- has perdido, no voy a parar, porque no puedo, pero tú te vas a callar - me quité el sujetador y te amordacé, no me veía capaz pero lo logré. Cerraste los ojos, mi lengua pasaba por tus pezones, mis manos iban de tus rodillas hacia abajo... - eh, ¿no se supone que eras silencioso?- te pusiste coloradísimo... no podía contigo, cada segundo eras mejor... me coloqué sobre ti, te la agarré y te dio un espasmo, no me salía reírme, sólo quería verte cerdo, que perdieras el control, que suplicaras como deseaba suplicarte yo. me la metí, dentro... fuera... más rápido y más rápido, más lento... y tu cara, dios, joder... tu cara! intentabas decir algo pero no... no te iba a dejar... te mordí el cuello y me arañaste la espalda... te dejé hablas...
- ¿no ves que no hace falta hablar?
- suéltame... quiero que gimas más fuerte... -no podías hablar casi...
- está bien, te lo has ganado...- te solté.
Estabas cachondísimo, era bestial... me agarraste de las manos... me besaste, me mordiste, me arañaste... dolía... pero me gustaba...
- sabía que te iba a ir esto...
- qué vas a saber...-no pude acabar la frase, no podía ser real, tenía que estar soñando...
Hubo un momento en el que se nubló hasta la vista... aquello no era disfrutar, no se podía llamar así... no podía ser... se bajó del coche, puso la manta sobre el coche y me cogió y tumbó encima... no hablábamos más que lo necesario, burradas al oído entre gemidos y suspiros, bestialidades, barbaridades, sucio... todo sucio... así sí...
recuerdo que cuando se hizo de día estábamos en el coche ya, innovando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario