túdedesayuno.

túdedesayuno.

jueves, 11 de febrero de 2010

fue gracioso volver hablando contigo, nos habíamos ignorado toda la mañana menos cuando me viste, que me tocaste la cara y me diste un beso...
- el sábado me paso a las 11.45 a por ti! eh! de qué te ríes?
- cómo el sabado pasado? buuuu! ya me canso de quedar para nada y más si me amenazas con madrugones!
- joder, no fea, que me hace mogollón de ilusión que vengas...
- bueeeno... ya veremos! ¿a qué hora has quedado con Carlos?
- no hemos quedado todavía...
- entonces... lo de quedar conmigo tres horas antes... ¿se debe a algo?
- verte...
- bueno... ya veremos, ¿eh? madrugar para "ver" a un frígido... como que...
- ¿me has llamado frígido? eh! no te vayas!

me fui a clase, já! otra vez te había dejado con la palabra en la boca y al final del pasillo mirando como me iba... y me iba de verdad, ya me estaba cansando de tanta tontería, si ni con tu edad decís las cosas claras, paso. la clase se me estaba haciendo eterna y no podía dejar de imaginar cosas... ¿que te acompañara a saltar? dios... ya te daba yo a ti motivos para saltar... o para saltarte... o para lo que quisieras, mozo...
entre tanto pensamiento, tanta idea y tantas ganas... miré el móvil... ¿un mensaje? "eh, fea! sal de clase, que te voy a demostrar lo frígido que soy..." ¿QUÉ? no podía ser verdad... y el mensaje era de hace 10 minutos, se habría cansado de esperar. aún así, fingí un ataque de tos muy curioso y salí... aún sin darme cuenta de lo que estaba haciendo... todo estaba en silencio y no dejaba de decirme "mira que eres tonta, Ana, y tú vas y sales..."
- ya pensaba que ibas a pasar de mí.
- nah! sólo salgo para decirte que sigo pensando que eres un frígico, aunque intentes ocultarlo con mensajes así...
- mmm... no sé si has leído bien eso...
- claro que lo he...

en ese momento tu boca contra la mía hizo que volviera a reinar el silencio en el pasillo, una de tus manos me acercó contra ti mientras la otra me recorría... me cogiste en brazos y me metiste en el cuarto de baño
- oye, frígido, que no hace falta que me demuestres nada, que te creo.
- ahora te vas a tener que tragar tus palabras.
- a ver si es verd...

volviste a callarme, joder, así da gusto. a partir de ahí los dos teníamos claro lo que teníamos que hacer: hablar lo necesario y sólo entre burradas, hacer disfrutar al otro y... lograr que no chillara de la forma que fuera...
- ¿sabes? te voy a follar como no te han follado en tu vida... ¿no decías que nunca habías follado en un baño? pues voy a empezar a cumplir todas tus fantasías, ahora disfruta esta...

no fui capaz de decir nada... estaba temblando, habías dejado la puerta entornada y me habías quitado las medias no sé cómo ni cuándo...
- ¿lo de la puerta abierta?
- ¿hace falta que conteste?

¿cómo coño podías conocerme si no habíamos tocado casi esos temas?
- eh, que disfrutes esto, que nos gusta lo mismo, sólo tengo que hacer lo que me gustaría a mí.
- la acabas de liar...
- no, esta es la primera vez que tengo oportunidad de callarte, ¿no? entonces sólo vas a disfrutar...

no soy capaz de repetir tanta burrada, tanto arañazo, tanto bocado para no gritar como una loca con cada movimiento tuyo dentro, con cada lamida, con cada beso, con cada susurro sucio... repetirlo sería un pecado, no sería capaz de explicar tu cara, de explicar tus movimientos... de explicar ese uno en dos...
llegó el final, me adecenté, te miré, repetí momentáneamente eso que te había hecho temblar y me fui a clase... no sé cuánto estarías en el baño, la verdad...

al acabar el día me estábais esperando, como siempre, donde siempre...
-¿vamos?
- aham...
como si nada, pero se te veía sonreír más (aún) de lo normal... me gustó... tenías todavía parte de la mirada de cerdo que se te había puesto... llegamos al tren y me ofreciste tu abrigo.
- ¿hoy también tienes frío, peque?
- un poco...
- toma, todo tuyo...

estaba cansadísima, me eché sobre tu hombro y me quedé mirando por la ventana...
- Ana!
- ¿qué quieres, Julio?
- que te despiertes, que ya vamos a llegar, llevas dormida todo el camino.

veeeeenga tú! ya decía yo que no podía haber sido verdad. me entró la risa
- ¿de qué te ríes?
- he tenido un sueño, que si te lo cuento, en fin...
- normal, si has dormido todo el camino!
- anda, ¿sí? ¿quién salía?
- tú...

nos bajamos del tren, me acompañaste a mi coche y cuando estaba cerrando la puerta me dijiste al oído: "Anita, lo del baño... no ha sido un sueño... y si ha sido un sueño, te prometo que no va a ser el último."

No hay comentarios: