Vais y venis, pero nunca os parais a pensar, quién unió, el invierno el frío y el brillo al metal. Entrais y salís, pero nunca os atreveis a preguntar, quien dejo, en la hierba el verde y en el mar la sal. Y en tus ojos la electricidad y en tu boca el fuego d un volcán. Veis y callais, porque no llegais nunca a adivinar, la razón, de que el tiempo pase y todo siga igual. Y en tus ojos la electricidad y en tu boca el fuego de un volcán.
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