
Tal vez no cambien sólo las amistades, sino también los amores...
No me creo que este sea el fin... tanto tiempo, tantas cosas, tantos sentimientos, tantos recuerdos... y, ¿ahora sólo quedan un puñado de borderías? es triste... pero sí, es culpa mía, así que no me merezco quejarme, ni odiarte. En todo caso odiarme...
Eh, por favor, pase lo que pase, que sea muy feliz.
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