
- Eso sólo te lo diré en susurros...
- ¿En susurros?
- Sí, en susurros.
[...]
- Al final hemos dejado eso sin comentar.
- ¿Qué quieres comentar?
[...]
- Yo ese tipo de cosas sólo las comento entre susurros.
[...]
- Claro que sé cómo te llamas.
- Ah, pues es verdad, Ana.
- ¿Prefieres que te llame de otra manera?
- No, puedes llamarme como quieras.
- Entonces, eso haré.
- Y bien, ¿cómo me llamarás?
- Entre susurros.
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