Necesito los pequeños detalles, son el reflejo de cada uno de nosotros. Es lo que echo de menos constantemente. Por eso no se puede reemplazar a nadie, porque todos estamos hechos de pequeños y preciosos detalles.
A veces siento que no soy sólida, sino hueca, y no hay nada detrás de mis ojos. Soy el negativo de una persona. Es como si jamás hubiera pensado nada, ni hubiese escrito nada ni sentido nada. Sólo queda negrura, negrura y silencio.
Es esa sensación de angustia, como si ella estuviera constantemente amenazada por algo que sólo ella pudiera ver por el rabillo de sus ojos.
Vuelve a donde quiera que estés a gusto, con tu jodido mundo de canciones y abrazos. No te preocupes por mi mala cara de hoy, porque no será mucho peor que la tuya de mañana.
improvisemos un guión definitivo que no tengamos más remedio que olvidar y hacer que todas las estrellas sean el camino para que nunca falten ganas de soñar.
¿Alguna vez te has planteado si nosotros hacemos los momentos de nuestra vida o si son los momentos de nuestra vida los que nos hacen a nosotros?
el amor es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte.
“Te has marchado, ya te has ido, y ahora sé lo que he perdido…es el final que no quisimos pero que llegó, que llegó al decir adiós. Mil lunas llenas por delante, excusas para no aguardarte, nos queda al menos lo vivido y el decir adiós, sólo el decir adiós…”
Y sí, un mes ya... te quiero, y te echo de menos, gran hombre. Ey ey, te recordamos como el mejor. (L).
Y yo soy la idiota que espera demasiado de todo el mundo, ¿y qué pasa entonces? que Don Tiempo viene a buscarme a casa y yo no le abro la puerta hasta a un lunes 6 y entonces me demuestra que vivo con la Señorita Engaño. Que los problemas están de okupas en mi salón y que no podré resistir mucho más en mi habitación. Y yo no puedo más, sería triste renunciar e irme lejos de aquí, ¿no? Supongo que estos son los momentos en los que pienso en Málaga, en cómo sería mi vida allí. Ahora sólo tengo un par de vocecitas familiares preguntándome qué me pasa y si me apetece hablar con cierta persona, esa persona no está disponible. De todas maneras me da igual. Y si alguien lee esto seguramente no debería darse por aludido. Y dicho esto me voy a la cama a inflarme a chocolate, porque no me apetece ser el segundo plato de nadie, porque odio el tiempo, y porque odio echar de menos. Y odio odiar tanto últimamente. En serio, lo mandaba TODO a la mierda, sé que suena egoísta, pero ahora mismo no siento que nadie se merezca que me preocupe ni una mijita más por él. Que me he cansado de ser la jacoba de la película. Esto no va bien, Anita, así que ve despertando.
viernes, 3 de octubre de 2008
"Tú tienes tu vida y te irás. Y te llevarás todos los celos, todos los malos rollos, todas las sonrisas. Dejas aquí todo a lo que no te ataste, todo a lo que no tuviste valor de mirar, ni de perdonar. Quiero que te vayas. De hecho quiero que os vayáis. "¿Como estás? Estoy viviendo mi vida sin ti. He encontrado cosas mejores que estar contigo y escuchar. He aprendido a hablar, y no es contigo." No hace falta que me preguntes como estoy yo, porque mientras pueda sostenerme en pie estaré bien."
"Me echarás de menos cuando me vaya? Sí, sí que hablo en serio. Cuando me vaya de verdad. A mí me asusta, si consigo hacerlo. Me he acostumbrado a tenerte y a echarte de menos a la vez. Es curioso, ¿verdad? Echar de menos. Supongo que en el fondo me gusta pensarte, no recordarte, como dice la canción. Confundo la vida real con las cosas que imagino. ¿Te ha pasado alguna vez? Supongo que no del mismo modo. Estás a tus cosas, y son más importantes que yo, supongo."
- Eso sólo te lo diré en susurros... - ¿En susurros? - Sí, en susurros. [...] - Al final hemos dejado eso sin comentar. - ¿Qué quieres comentar? [...] - Yo ese tipo de cosas sólo las comento entre susurros. [...] - Claro que sé cómo te llamas. - Ah, pues es verdad, Ana. - ¿Prefieres que te llame de otra manera? - No, puedes llamarme como quieras. - Entonces, eso haré. - Y bien, ¿cómo me llamarás? - Entre susurros.
"...estoy harta de que controles mi vida solo por que tú no controles la tuya."
Cuando no aceptas un NO por respuesta, sigue existiendo la posibilidad de obtener lo que quieres.
Pero aunque para mí se trata de una realidad totalmente convincente en todos los sentidos, sin embargo solo es un producto de mi psique. Yo soy mentalmente divergente y con ello escapo de ciertas realidades innombradas que invaden mi vida aquí. Cuando deje de ir allí me pondré bien.