
Sólo eres esa fruta prohibida tan tentadora. Te imagino rodeada de lujuria, con toda tu ropa por el suelo, con cajas llenas de deseo, con el pelo revuelto, semblante cansado pero una sonrisa que invita a desear incluso que me arañes hasta el último centímetro de mi piel. Tus dedos son los pinceles que pintan todo mi cuerpo, pinceladas que llegan hasta el alma, en el sentido más anhelado. Y tu lengua...tu lengua escribe poemas en cada recoveco de mi piel. Tu saliva es cada gota de alcohol que recorre mi garganta hasta enborracharme y embriagarme de satisfacción. Tus bailes son el pum-pum de mi corazón.
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